La gestión del riesgo de continuidad de negocio
¿Valoramos adecuadamente el riesgo por pérdida de figuras clave en la empresa?
De forma habitual analizamos y valoramos el riesgo de continuidad de negocio centrándonos fundamentalmente en contingencias como incendios, inundaciones, interrupción de los servicios públicos, huracanes, terremotos, ataques cibernéticos, contaminación ambiental, pandemias, brotes de virus biológicos, pérdidas de proveedores críticos, huelgas de transporte o controladores aéreos, entre otros.
Pero lo cierto es que no son las únicas amenazas susceptibles de causar un impacto negativo que puede comprometer la actividad normal y fluida de las empresas.
Estamos convencidos que nuestro principal activo son las personas, el elemento diferenciador en un mercado tan competitivo como el actual. Pero, hemos analizado y evaluado adecuadamente cómo puede afectar a la continuidad de nuestra actividad contingencias como el fallecimiento, la invalidez, jubilación, baja de larga duración, pérdida de talento o puesto clave dentro de nuestra organización de uno de nuestros principales activos?
El fallecimiento o la invalidez inesperada de uno de nuestros socios puede afectar a la continuidad de la empresa en la medida que la persona que herede la participación de ese socio pueda tener intereses distintos a los socios que sobreviven. Y qué decir, si además, ese socio ejerciese un papel fundamental de tal forma que ante su pérdida pudiera comprometer la continuidad de las operaciones empresariales e incluso, en el peor de los casos, el cese de la actividad.
Del mismo modo el fallecimiento o invalidez de un empleado clave, así como la pérdida de talento por salida de la empresa podría afectar, al menos temporalmente, la continuidad de la actividad.
Según el caso deberíamos de proteger nuestra empresa a través de una estructura que permita restablecer la situación que existía en el momento anterior a la posible contingencia, mediante pactos parasociales, instrumentos de financiación de la compra de la participación heredada o para la liquidación o venta de la empresa en aquellos casos en los que la aportación funcional del socio o trabajador clave sea determinante, por resultar una figura irremplazable, o bien porque la situación financiero-patrimonial de la empresa fuera muy negativa y no merezca la pena continuar con la actividad.
La pérdida de talento por salida de la empresa la podríamos gestionar mejorando el nivel de vinculación de los empleados. Debemos de tener en cuenta que la pérdida de una figura clave puede suponer disminución de ventas, en algunos casos, y la asunción de sobrecostes por mayores salarios y gastos de reclutamiento en caso de sustitución, en otros.
Los programas de retribución flexible (salud, vida, accidentes, ahorro, etc.) se han convertido en un instrumento fundamental para gestionar el riesgo de captación y retención de talento o figura clave en la empresa.
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